martes, 25 de noviembre de 2008

Suerte

Tanto tiempo he estado aquí que casi ya no recuerdo a donde iba. Calculo que deben haber pasado cerca de 30 minutos desde que subí a este bus. Aunque la música en mis oídos impide que pueda escuchar la bulla del mundo, puedo imaginar la mayoría de los sonidos. 

No avanzamos mucho y en el siguiente paradero subió una pareja de jóvenes. Los miré y no pude contenerme de pensar en la historia que los podría juntar. No se conocen, es casualidad que hayan subido juntos, pero en mi mente puedo imaginar casi un romance entre ellos. 

Cruzan sus miradas un par de veces y él la mira con insistencia. A veces él sonríe sin que ella se de cuenta. Seria una historia casi fantástica en la cual se enamorarían con locura. Mis pensamientos se detienen repentinamente. No había notado que junto con ellos había subido una persona más: una belleza de mujer. 

Entre estos dos personajes la podía ver a ella. Solo nos separaba el largo pasadizo del bus y obviamente la pareja que estaba en el medio. En algunos movimientos del bus podía ver su cabello negro, el mismo que tapaba delicadamente sus ojos. Parecía vestir un tipo de uniforme que simplemente no hacía juego con sus ojos color café. Era hermosa. 

Nuevamente la pareja interrumpía mí, ahora, excelente vista. El se acercaba a oler sus cabellos después que ella hacía un movimiento sensual para quitarselos del rostro. Por un momento me pareció que estaban danzando. Se separaron un segundo y pude ver que esa hermosa criatura me estaba mirando. Al cruzar las miradas ella bajo delicadamente la suya para mirar sus manos. Dejé de pensar un momento en los amantes desconocidos y me puse a pensar en ella. Quien era? A donde iba en este bus? Donde bajaría?

Ahí radica la magia de la imaginación. Uno puede imaginar absolutamente cualquier cosa, crear la historia que más desee y lo mejor de todo contar con cuantos finales desee. Por mucho tiempo he tenido esa manía (que algunos consideran un defecto) de idealizar a una persona por las historias que puedo imaginar. Ella no fue la excepción.

No podría ser tan complicado acercarme a ella y entablar una conversación verdad? Miraría de mucho mas cerca esos ojos que me esquivaban tanto, pero me estaban volviendo loco. Lograría tocar sus manos, sentir su piel. Eso era realmente difícil de imaginar. Podría hasta besarla en un futuro muy cercano. En ese momento me di cuenta que ya la había idealizado y convertido en la mujer perfecta. Que otra cosa podría pensar que no fuera lo mucho que me gustaba? Caminaríamos juntos, porque extrañamente ella tendría que bajar en mi paradero y nos conoceríamos. Seriamos felices. Ella podría ser la mujer de mi vida. Y yo aquí, pensándola sin conocerla. Se que es una locura, pero imaginar no hace daño a nadie.

Ahora perdía la concentración nuevamente, para enfocarla en los amantes. Algo sucedía pues ella parecía tratar de alejarse de él. Pude ver algunos empujones, pero no podía entender que sucedía. El la miró y no sonrió; por el contrario, le dio una mirada de odio. Los amantes habían peleado y estaban terminando su historia, tan rápido como la empezaron. Quizás él no se había percatado que ella tenía una hija y no pensaba dividir su tiempo con alguien más. Quizás era una mujer que no sabía, ni quería aprender, como amar. 

El tiempo pasó sin darme cuenta y mi paradero estaba cerca. Miré a esa belleza de mujer nuevamente, sabiendo que era imposible que bajara justo ahora. Ella me miró y clavó su mirada en la mía. Se percató que estaba por bajar y divise un gesto de pena. Es increíble como a veces nuestros rostros pueden expresar más de lo que quisiéramos poder expresar. Eso sucedió con ella, sabía que el final de una historia sin inicio estaba por llegar a su fin. 

Me levanté de mi asiento y pasé cerca de ella. Me acerqué a la puerta para bajar. Cogí el manubrio con la pena de saber que no la volvería a ver. La miré a los ojos y en un momento de descuido mi travieso inconciente hizo que levantara mi mano y me despidiera de ella. Me respondió y sonreí. Ahora sabía con seguridad que todo lo que imaginé era cierto. Sentía cólera por los amantes pues fue culpa de ellos que no pensara más en ella, fue culpa de ellos que no cruzáramos las miradas antes y me acercase a ella para conversar. Malditos amantes que no dejaron que nos conociéramos. 

Sonreí de nuevo y recordé que cuando dices adiós a alguien que te gusta tanto, tratas que esa sonrisa sea lo mas real que pueda existir.

Al mover su mano, el chaleco de su uniforme se movió y pude ver un pin que llevaba su nombre. En un momento fugaz agudice mi vista y leí. Bajé del bus y traté de mirarla una última vez, pero fue imposible. Lo único que atine hacer fue decir en voz muy baja y con mucha lástima "Adiós Clementina".

viernes, 26 de setiembre de 2008

El Tiempo de la Soledad

En su mirada, recuerdos fugaces cruzaban, sentimientos olvidados, sabores increibles.

Todo hacía parecer que habían pasado demasiadas lunas desde que él pudo sentir eso. Imaginó durante tanto tiempo que quizá no volvería a decirlas y mucho menos sentir tantas de las cosas que dijo. Se sentía maravillado por un nuevo inicio en algo que ya se había iniciado. Aunque era conocido, seguía siendo absolutamente nuevo. Asi es el destino creo yo.

Quien sabe si en realidad todo estaba sucediendo como debía suceder? Él era el único que aun no lo sabía. Después de haber vivido momentos inciertos, tratando de sentir cosas que supo nunca lograría, decidió dejarlo todo, abandonar todo lo que conocía para no volver a esos caminos.

Sin embargo, oh increible destino, le hiciste ver ese camino una vez más. De que manera, bello destino, sedujiste a ese ser para que caiga en tales encantos? Convenciste su mente un día que todo lo que conoció sería lo último que conocería y hasta que su última oportunidad estaba exageradamente lejos de su alcance.

Cuantas cosas le hiciste creer, malvado destino? Que había perdido su fuente de inspiración; que había muerto su alma soñadora; que se alejaría de todo lo que algún día llegase a querer; que nunca sentiría igual que cuando soñó. Fuiste atrevidamente malvado, lo ataste a ideas irracionales que amaron deformar sus pensamientos. Malvado destino.

Acaso podías hacerle algún otro mal? Vestir su alma de negro; dejarlo mostrarla al mundo entero; reprimirlo y ocultarlo en otros colores. Tantas cosas, endemoniado destino. Renegó tanto de ti, dejó de creer que existieras y aunque te defendió frente a otras personas, tu lo dejaste abandonado.

Irónico destino. Hoy le muestras ese camino nuevamente. Aquel viejo camino olvidado, donde las cosas se pueden soñar y con algo de esfuerzo se logran hacer reales. Delicado destino, que acaricias al mundo y lo haces ver mucho mas suave, lo suficientemente suave como para que los soñadores vuelvan a vivir en ti.

Ahora ella irá con él, porque lo has puesto en su camino. Escaparán de ti, extraño destino, porque no tienes razón de existir si en realidad has hecho tanto daño. Son ellos quienes han creado esta oportunidad, ora porque no tienen más que perder, ora lo anhelaban en secreto y sin saberlo. Solo saben que es extrañamente nuevo y no quieren dejarlo. Lo que siempre quisieron? Pero es que acaso alguien sabe lo que realmente quiere?

Solo sabemos de ellos que se quieren, sin miedos y sin mentiras. Por qué no intentarlo y hacerlo bien? Ideas que corren por sus cabezas. Han conocido mucho en tantos tiempos, han conocido quizá todo lo que debieron conocer y este pequeño destino, travieso y juguetón, les ha cruzado los caminos.

Y yo aquí, caminando solo detrás de ellos, escuchando sin querer sus conversaciones. Mirando sus sentimientos ir y venir sin molestar a nadie. Y yo aquí, aun solo, los miro detenerse y abrazarse por un largo rato. Paso al lado de ellos solo para escuchar una voz dulce que le repite: Tu silencio no es incómodo.

viernes, 30 de mayo de 2008

A Través

Después de mucho pensarlo, el pequeño Arturo decidió acercarse a la bella Pamela y entablar una conversación como hacía mucho no lo hacían. Cualquiera podría decir que esto es algo muy simple, pero cuando olvidas a los amigos, tiendes a no llamarlos y no saber de sus vidas en un buen tiempo. La gente cambia, muchas veces para mal, pero muchas otras para bien. Habían pasado casi dos años desde la última vez que Arturo y Pamela conversaron por última vez.

Los inicios de las conversaciones son muchas veces como los pasos temerosos de un bebe, a veces de frente o ladeado, pero al final termina sentado y tratando de pararse. Sin embargo, luego de dos pasos bien dados, aquel bebe querrá correr por todo lugar posible.

Irónicamente, Arturo se acercó, pero fue ella quien habló primero.

-Hola!
-A los años que apareces
-Si pues. Pucha loco me ha hecho falta hablar contigo- dijo Pamela con un aire nostálgico

Guardaron silencio por unos minutos. Arturo meditaba sobre esas simples palabras sin lograr recordar las conversaciones que solían tener. Los pasitos miedosos habían quedado ya muy atrás.

-Que bueno verte la cara- al decir esto, Pamela sonrió, se sonrojó y bajó la mirada
-La cara? Yo diría que todo
-Todo? Como es todo?

Ahora eran esas palabras las cuales hicieron recordar a Arturo de las largas conversaciones que solían tener. Ahora las cosas eran más claras, ahora entendía porque a ella le hacía falta hablar con él. Aunque un poco desilusionado que las cosas no hayan cambiado en ese sentido, dentro de si pensó que una vez más no sería malo.

-Bueno, Todo es mi amigo imaginario. Tiene una larga cola y una sonrisa blanquita, las patitas chiquitas y las orejas verdes. Tiene ojos azules y nariz rosiverde. También tiene un barrigota que se rasca cuando se ríe y unas manos pequeñitas de las cuales se le caen los vasos cuando toma agua. Su pelo es esponjoso y azul que brilla con el sol y tiene una voz aguda como la de una gota estrellándose contra el suelo en medio del silencio- recuperando su aliento, Arturo levantó la mirada pues había estado jugando con los dedos mientras hablaba
-Que pasó? No tenías hermanos para jugar?- preguntó Pamela con una sonrisa tan bella que opacaba al sol
-No, por alguna razón me metían en una caja de televisor y me decían que cuente hasta cien y saliera a buscarlos, pero cuando quería salir ya habían puesto tape en la caja y no podía salir. Fue en uno de esos momentos en que apareció Todo con sus superpoderes y abrió la caja con un cuchillo
-Jajaja, pucha flaco, ponte a escribir un libro o vas a terminar con el marques de Sade- dijo Pamela sin poder contener las lágrimas de la risa
-Lo siento, eso pasa cuando no tomo mi pastilla. Creo que por hoy no la tomaré, veremos si el mundo me aguanta tal y como soy, con mi esquizofrenia cerebral parcialmente desarrollada con indicios de locura extrema y conjeturas de conjugaciones intravasculares inexistentes de la vida de Maria Reich- Arturo hablaba sin emitir risa alguna
-Por favor detente, no puedo reír más- dijo ella
-Imaginas todo lo que tiene que aguantar mi pobre enamorada? Aguantarme así un día entero debe ser cansado no?
-Fácil, pero yo andaría muriendo de la risa a cada instante
-Claro que a ella nunca le he contado de Todo pues sería una historia mucho más larga aun- miró a Pamela a los ojos y continuó -Además si Ellos se enteran quizás me lleven de regreso al planeta extraño y yo no quiero
-Disfrutas haciendo esto no?
-Si, pero como diría mi viejo amigo Jaime, no se lo digas a Nadie ok?- un tonto silencio los calmó unos segundos -Yo fui muy obediente y no se lo dije a Nadie; por cierto, conoces a Nadie?
-Ahí vamos de nuevo- y llevándose una mano a la frente Pamela escuchó con mas atención -Quien es ese?
-La verdad es que le quería contar a Nadie, tu sabes lo travieso que soy, pero siempre que preguntaba por él era cuando estaba sentado en el micro camino a Algún Lugar y al preguntarle al cobrador si conocía a Nadie este me respondía nadies?- se secó unas gotas de sudor y continuó aun más -Yo les decía "No tonto! Nadie, el amigo de Jaime, no lo conoces?
-Así son de tontos
-Ellos siempre me decían nadies. Luego llegaba a Algún Lugar y me olvidaba por completo. Ay! Alguna vez has estado en Algún Lugar?- preguntó con la voz mas inocente que Pamela alguna vez escuchó
-Me invitaron, pero estaba lejos y ya era tarde- respondió ella con una sonrisa escondida
-Hoy me dieron descanso de Algún Lugar. Dicen que tengo que volver, pero yo no quiero.
-No vayas, si quieres te quedas en mi casa
-Es feo, todo el día gritan los locos y en las noches se golpean las cabezas contra las paredes. Hay días en los que juego a la muralla china y no falta algún loco que empiece a golpearse contra mi.
-Eres único Arturo

Sin darse cuenta habían caminado tanto. El sol en lo alto quemaba sus cabezas sin piedad alguna y los hacia sudar. Pero para ellos dos, el tiempo se había detenido y era el mundo el que giraba a su alrededor.

-Vamos de paseo!- dijo Arturo dando un salto
-Pero ya estamos paseando- respondió una confundida Pamela
-Vamos a Algún Lugar
-Pucha, ya pues, pero regresamos temprano porque ahí es feo de noche

Y después de tanto caminar se detuvieron. Debajo de un gran árbol, en un pequeño parque. Pamela tomo las manos de Arturo y este se sintió algo incomodo, pero aceptó el gesto de Pamela.

-Te digo lo que siento?- le preguntó ella
-Dime, que sientes?- se apresuró a responder sin entender la pregunta
-Siento que tu alma esta súper contenta porque ahora tienes algo que has esperado por mucho tiempo y lo estas disfrutando
-Si- respondió Arturo un poco desilusionado de nuevo- vacaciones!
-Jajaja
-Es verdad. Imagina que antes lo único que quería era terminar el colegio. Después de eso no he vuelto a tener un día triste, un día sin risa
-Te falta un buen siquiatra- dijo Pamela entre risas, pero Arturo estaba concentrado en lo que decía y no escuchaba más
-Era tan aburrido. Levantarse todos los días a las seis de la mañana, tomar desayuno y salir corriendo. Llegar a las ocho cuando la hora de entrada era a las siete. Estar en clases, usar el tonto uniforme, divertirme los fines de semana. La vida era tan monótona
-Yo pasé por lo mismo, pero aun así era feliz- dijo ella y él aun sin escuchar
-Algunos dicen que la mejor época de la vida es el colegio o la universidad, pero no saben cuan equivocados están. La mejor época de tu vida empieza después de ver realmente lo frágil que es la vida y lo fácil que es perderla. La mejor época empieza cuando decides vivir cada día como el último, sin miedo al que dirán y el que te harán, cuando te das cuenta que hacer lo mismo es tonto y aburrido- se detuvo un momento y vio como el rostro de alegría de Pamela cambio a uno un tanto triste -Si tienes solo una vida para que gastarla haciendo cada día de esa vida lo mismo? Yo ya perdí 11 años y no pienso perder ni uno más

El silencio se hizo presente una vez más y los dos, aun cogidos de las manos, se miraron unos segundos más. Pamela bajó la mirada y al levantarla de nuevo se podía ver como unas delicadas lágrimas caían por su mejilla.

-No llores por favor. Si quieres puedo seguir hablando superficialidades para no tener que hablar de cosas como estas y no te sientas mal- y al decir esto Arturo secó las lagrimas del rostro de Pamela con los dedos
-Has cambiado tanto, quien diría que de ti saldrían cosas tan sensatas
-No fue Ti, fui yo. Ti esta de viaje en Tailandia- respondió Arturo sintiéndose totalmente ignorado. Pamela había obviado los sentimientos de él
-Pucha, no me despedí
-No te preocupes te dejó una carta
-En serio? Cuando me la das?
-La carta? Se la comió Todo

En un instante las lágrimas se terminaron y parecía que todo volvía de vuelta a lo normal, si es que algo como lo normal realmente existe. A veces somos como niños encerrados en cuerpos grandes, pero muchas veces somos grandes encerrados en cuerpos de niños.

-Me tengo que ir- dijo ella
-Es una lástima que hayamos cambiado tanto no?
-Tu eres quien ha cambiado. Has cambiado tanto
-Si, es un problema ser como soy. De tiempo en tiempo vienen amigas que solo quieren contarte sus problemas y piensan que uno las hará reír para olvidar sus penas. Lamentablemente esas personas no ven más allá de las cosas
-Por que me siento atacada con eso?- y nuevamente Arturo no escuchaba
-No se puede valorar lo que no se conoce e inconcientemente a veces perdemos grandes cosas por esa ignorancia.
-Discúlpame

Esa fue la última palabra que le dijo. Las lágrimas volvieron a empapar las mejillas de Pamela quien ahora caminaba sin poder levantar el rostro. Un camino incierto era el que ahora recorría. Arturo la siguió con la mirada mientras se alejaba cada vez más y una lágrima escapó de sus ojos.

-Yo te conocí demasiado y te valoré tanto, pero aun así te tengo que perder. Uno solo puede demandar lo mismo que da, pero ella- suspiró -nunca me vio, nunca me vio en lo absoluto- pensó mientras caminaba en sentido opuesto.

lunes, 14 de abril de 2008

El Cuatro 18

Después de haber pasado tantos días aquí, el ambiente era tan familiar y la rutina era la misma de todos los días.

Un lunes tan común como cualquier otro. Viajando en el peor invento del hombre a una velocidad en la cual las rayitas del suelo parecen puntos pasando rápidamente. Golpes, olores y maltratos combinados en el ambiente perfecto. Por suerte es ya hora de salir de aquí pues he llegado a mi destino.

Este gran edificio azul de puerta roja es mi destino. Al cual cada mañana vengo y algunas otras no. Casi 15 minutos después de las ocho, maldición, estoy tarde. Luego de un corto chequeo en la puerta empiezo mi corta carrera hacia el salón y a lo lejos puedo ver como el chato pasa corriendo del baño a nuestro salón. Justo como lo pensé, llegué tarde. Cuando aprenderé a llegar a la hora? A veces me cuesta tanto levantarme temprano y a veces me cuesta tanto trabajo el simple hecho de levantarme.

En estos días mi horario ya era un desastre así que ya estaba listo para esperar largas horas sentando en alguna banca leyendo un libro. Al parecer esta mañana me acompañaría Drácula. Sin embargo, fue poco lo que pude leer, a cada momento me sumergía más en mis pensamientos.

Desde aquella banca, cerca a las escaleras, podía ver gente correr para llegar a sus salones; pero ya habían llegado mucho mas tarde que yo. Amigos conversando al lado opuesto del que estaba yo. Y por último yo, aquí, sentado y olvidado. De alguna manera siempre he sentido que no encajo en este lugar y quizás sea por eso que me excluyo de todos y sigo mi vida aquí, a un lado de todos.

Bah! que mal día, mejor debería regresar sobre mis pasos y volver a casa o mejor seguir leyendo. No lo se.

Y ya cuando lo había decididó algo que no tenía planeado sucedió. Una chica, tan normal como cualquier otra en esa tierra de súper modelos y ricachones, se acercó a mi e hizo una pregunta que marcaría el inicio de muchas cosas.

-Hola, sabes donde esta el pabellón D?
-Hola, sí. Sigue de frente volteas a la derecha y caminas un toque. A la izquierda esta el pabellón D
-Gracias

Y con una sonrisa se volteó y siguió su camino. Por alguna extraña razón no me moví. Volví a sacar mi libro y esperar un momento más. Sin querer, la estuve esperando como si supiera que regresaría. Y así fue

-No encontraste el pabellón?
-No no, nada de eso. Lo encontré, pero creo que estoy media hora tarde
-Jajaja, lo suponía- cerré mi libro y ella se sentó a mi lado mirando el cielo. Por un momento me sentí incomodo. Que una persona se siente a mi lado sin siquiera preguntar me hizo sentir así.
-Bram Stoker eh?
-Ah? Oh si, Bram Stoker
-Sarah
-David- y me quede en silencio. Me pareció tan tonta la manera de presentarnos, pero aun así me gustó -y? Que estudias?
-Periodismo y tu?
-Ingeniería Electrónica
-Que chévere, yo siempre quise eso, pero nunca he sido buena para los números. Es difícil?

La miré a los ojos un momento y luego miré el cielo. Sus ojos eran similares al color de ese cielo claro que extrañamente se imponía en un día de invierno. Por un momento pensé en reírme de esta extraña situación, pero preferí responder.

-En realidad no lo sé, pero a mi se me hace muy difícil
-No te entiendo
-No muchas personas pueden- y lo dije con aquel tono clásico que pareciera que estoy mordiendo un lápiz y no se entiende la más mínima palabra
-No te escuché –he hizo una pequeña pausa como esperando que repita lo que dije, lastima que nunca lo hice –pero a lo que me refiero es a que no te entiendo. Estudias una carrera de números y me dices que te parece difícil? Te veo aquí sentado leyendo y no estando en clase. La gente que conozco moriría al faltar a una clase y en realidad dudo que alguna vez tomaran un libro que no sea de matemáticas
-Tenía clase de otra cosa
-Ah bueno, pero aun así lees bastante no?
-Te parece?
-Bueno, cualquier persona que no leyera y quisiera hacer creer que lee, leería Harry Potter o estaría leyendo El Señor De Los Anillos, ahora que esta de moda. Según yo, quienes realmente leen, leen otras cosas y Bram Stoker es algo clásico, pero no tan leído

Nuevamente la miré a los ojos y miré el cielo. Vi algunas nubes pasar y pensé de nuevo. Quien esta chica que viene unos minutos y me hace ver cuan errado estoy? Como puede descifrar cosas en mi que yo ni les había prestado atención? Era sorprendente.

-En realidad leer es algo que me gusta mucho. No lo sé, nunca lo hice en colegio y ahora me viene a gustar. Raro no?
-Quizás
-Últimamente he estado leyendo más que antes. Dumas, Tolstoy y otros más. Aunque no puedo negar que también leí a Tolkien y a Rowling
-Jajaja, yo también- y al unísono dijimos -cultura general

Nos reímos un rato y ahora fue ella quien miró mis ojos y luego miró el cielo. Quería preguntarle que pensaba, pues si yo pensaba en lo que ella decía, ella debía pensar en lo que yo había dicho. No me atreví a preguntar, si ella no lo hizo yo respetaría la privacidad de sus pensamientos.

-Conoces la individualidad única?- preguntó Sarah
-La indivi-dual-di-da que?
-No, in-di-vi-dua-lidad única
-Ok, no me hagas repetir eso. Qué es?
-Es algo que inventé yo, creo
-Y qué es?
-Mira, a la gente siempre le gusta ser original, pero en realidad es casi imposible ser original pues no hay muchas cosas nuevas. A veces la gente cambia sus ropas para ser original, pero eso ya lo hizo alguien y lo original se pierde. La individualidad única es aquella cosita que solo uno puede hacer. Cual es tu individualidad única?
-Pues no lo se. Nunca había pensado en eso
-Esta es la mía
-Haber creado la individualidad única?
-Algo así, yo diría crear teorías locas que nadie se imagina
-Te la puedo robar?
-Jajaja, quieres acabar con mi individualidad única?
-No no, creo que desde hoy la voy a buscar
-Es divertido y a veces no te das cuenta que ya la has encontrado
-Lo haré
-Ya empieza mi siguiente clase. Espero verte de nuevo
-Yo también. Cuídate

Y fue así como vi a esa chica alejarse y nunca más la volví a ver. Es raro a veces como una persona puede venir y entablar una conversación durante una hora. Mucho más raro es que esa conversación a la cual quizás no le presté mucha importancia en el inicio fue la que cambió muchas cosas en mi vida. Una vez alguien me dijo "a veces somos como pichones que no sabemos volar y viene una paloma y nos enseña como hacerlo, pero luego esa paloma vuela". Entonces, hay momentos en nuestras vidas en que nos llegan personas que tocan nuestras vidas y sin saberlo las cambian y luego simplemente se van para quizás nunca más regresar.

Esperé a mi siguiente clase y no entré, solo conversé con algunos amigos. Al final decidí regresar a casa y pensar un momento en mi individualidad única. Sin embargo, no fue hasta esa misma noche en la cual descubrí cual era: el hijo difícil de entender, un pequeño loco soñador, que no sería como algún otro. Esa noche cenamos en una pollería y cuando todos guardaron silencio, sin importarme lo que estuvieran hablando, los interrumpí.

-Papá, me quiero cambiar de carrera.

lunes, 25 de febrero de 2008

Deseo

Era una noche más en la cual el pequeño niño admiraba la luna antes de dormir. Por momentos le parecía que esta tenía un rostro y a veces hasta la escuchaba hablar.

-Ya es hora de dormir- dijo su madre con una dulce voz
-Quiero llegar a la luna madre, quiero vivir por siempre con ella- le respondió el niño mientras frotaba sus pies bajo la frazada
-Descansa hijo, podrás ver la luna cada noche

El niño se sintió ignorado por su madre, pero a la vez emocionado y ansioso esperando que llegue la noche para ver su hermosa luna otra vez en el cielo. A la noche siguiente la miró durante varias horas y tuvo sentimientos muy distintos; sentía alegría al verla, celos de las estrellas que estaban más cerca que él de ella y hasta cólera si una nube la tapaba. Al igual que todas las noches su madre arropó e ignoró sus deseos y lo dejó dormir.

-Buenos días papá- dijo el niño entre un bostezo
-Buenos días hijo- respondió este –otro gran día! El sol esta allá en lo alto
-No es el sol lo que me interesa, lo que yo quiero es la luna, quiero llegar a ella y vivir por siempre juntos
-Pero hijo- le dijo su padre –eso es imposible

El rostro del niño perdió todo su color y dejó la silla en la cual había pensado sentarse para tomar su desayuno. Con una pequeña lágrima corriendo por su rostro subió a su cuarto y no pronunció palabra alguna a sus padres. Por la noche abrió su ventana y vio a la bella luna iluminando todo bajo ella. El niño, con sus ojos tan negros como la noche, la miró y dejó escapar otra lágrima.

-Como es que mis padres me niegan la posibilidad de alcanzarte? Por que desean tanto que continúe con esta vida que no comprendo y según ellos esta llena de cosas imposibles? Yo se que puedo estar cerca de ti- y levantó la mirada para llenarse de su luz –se que podemos vivir juntos por siempre
-Mi niño- le dijo la luna –tú sabes que no perteneces a este destino. Pero para salir del mismo tienes que dejarlo todo. Tendrás que abandonar hasta a tus padres y tendrás que venir a buscarme por un camino difícil y peligros
-Nada de eso me importa y mucho menos me amilana, porque se que tu eres lo que busco y de eso estoy completamente convencido.

Una nube inmensa cubrió la luna en el mismo momento en que su madre entraba en el cuarto para repetir la misma historia de las noches anteriores.

-No madre, esta noche no- dijo el chico –esta noche voy en busca de la luna
-Pero de que estas hablando?- dijo su madre con rostro de extrañeza
-Que me voy, he decidido ir por la luna, lograr mis sueños, encontrar lo que busco
-Si eso es lo que realmente deseas ve. Aquí estaremos esperando tu regreso
-No regresaré madre. Una vez que la encuentre, no regresaré

Sin más cosas que un puñado de centavos salió por la puerta sin mirar atrás. Su padre lo vio, pero no pudo decir nada pues su esposa cubría sus labios con ambas manos. El chico salió y miró la luna una vez más.
-En la isla- dijo la luna en un susurro –allí nos encontraremos

El muchacho asintió con la cabeza y fue camino a la playa. Con lo poco que tenia y mil cosas más empezó a construir una balsa y de poco en poco logró terminarla. Al terminar levantó la mirada y vio a sus padres a su lado.

-Lo has logrado hijo- dijo su padre- veo que estas alcanzando tus sueños. Te has convertido en el hombre que esperábamos
-Gracias y aunque se que no hice lo que ustedes deseaban siempre estuvieron allí para ayudarme
-Todo este tiempo estuvimos detrás de ti hijo mío- dijo su madre con lagrimas en los ojos –nunca te abandonaremos
-Lamentablemente seré yo quien lo haga- y levantó la mirada y vio el horizonte –es momento de partir

Con un fuerte abrazo se despidió y empujo su balsa al mar. Se volvió a mirar y vio como sus padres desaparecían en la distancia. Ahora solo quedaba el camino por delante.

-Ya pronto llegarás- dijo una voz en lo alto
-Si?- mirando hacia arriba el joven vio la luna mucho mas bella que nunca -deseo tanto llegar

Y con esas palabras la luna se ocultó y dio paso una vez más al sol. Las olas golpeaban duramente y la sed empezaba a aumentar a cada momento. Esa noche la luna no apareció en el cielo y el hombre se sintió profundamente triste, pero siguió adelante. Sin embargo cada noche que pasaba la luna no aparecía y el mar hacia mas difícil su camino a la dichosa isla.

-Estoy cansado- dijo el hombre –llevo mucho tiempo aquí y todo se hace cada vez mas difícil, no se si pueda seguir. Como si fuera poco la luna no ha vuelto a aparecer hace mucho, no quiero pensar que me ha abandonado

Se sentó un segundo y cayó sobre su balsa desmayado. Inconsciente siguió su camino y el mar destruyo su balsa. Su destino, su rumbo y su vida dependían del mar ahora.

Nunca supo cuanto tiempo paso; pero, una noche abrió los ojos y estaba ahí: había llegado a la isla. Sin embargo, la luna no estaba y no aparecía. Pasaron largos días y largas noches y no había señales de la luna. El hombre se sentó y miró el mar, por donde había llegado y creía poder ver en la distancia la imagen de sus padres.

-He llegado y no estas- gritó –abandoné mi familia, dediqué mi vida enteramente a ti y me prometiste que seriamos felices- a cada palabra su voz aumentaba- y no estas! He batallado contra el mar y este me ha vencido, pero aun así llegue aquí porque estaba convencido que esto era lo que deseaba y así es, pero tu no estas aquí!
-Eres tan ciego ante tu propio destino y tan orgulloso por lo que hiciste en el pasado que no has podido ser capaz de mirar un poco mas adelante, solo has mirado atrás. Todo este tiempo he estado al otro lado, esperando que vinieras a mí- dijo la luna con suma tristeza

El viejo se levantó de un salto y corrió hacia ella, cayó de rodillas y le rogó perdón. La luna lloró una lluvia de mil estrellas y se posó suavemente sobre el agua, tan grande tan bella y tan cerca el uno del otro.

-Estamos juntos al fin- dijo ella –ven y descansa. Descansemos eternamente porque lo tenemos merecido. En este lado de la isla nunca amanece y estaremos juntos por siempre. Yo cuidaré de ti y tu de mi. Ven y échate. Tenemos mil cosas que compartir, pero ahora descansaremos

El viejo no pronunció palabra alguna y al mirar que la luna seguía llorando estrellas se arrodilló y empezó a llorar. Unos segundos después una alegría llenó su corazón y secó sus lagrimas; se tumbó en la suave arena, cerró los ojos y durmió por siempre junto a la luna.

viernes, 1 de febrero de 2008

Sueños

Pierdeme entre tus ropas, en aquel lugar que decidiste dejarme por unos momentos. Sabes que yo seguire aqui, mirando las estrellas dibujadas en un cielo que no existe en este techo. Lugar extraño que no conozco, pero deseo con todas mis ganas estar.

El latir de tu corazon, tu respiracion en mi pecho y tu tranquilidad al dormir. Yo te miro y pienso en todo aquello que hemos pasado. Me enamoro nuevamente de ti como aquel segundo mismo en el que me enamore por primera vez. Ahora recuerdo los años que han pasado y todo lo que hemos vivido y me siento bien de tenerte aun dormida en mi pecho.

Que causa nos trajo a este efecto? Como empieza todo y sin darnos cuenta los años siguen pasando? En que extraño momento nos conocimos y empezamos a vivir todo esto? Son tantas las preguntas a las cuales no me importa encontrar una respuestas, porque simplemente ha sucedido todo aquello que dejamos que suceda.

Aquellas estrellas siguen en lo alto, tratan de decirme algo que no entiendo y no escucho. Quiza sea que realmente no necesito escuchar mas, ya lo tengo todo aqui y estoy satisfecho. Cuan lejos esta uno dispuesto a llegar para conseguir lo que desea? Tan lejos como aquí.

Ha pasado un minuto. No recuerdo tu nombre, quien necesita recordar eso? El latir de tu corazon, el calor de tu mirar, la fuerza de tus manos es todo lo que recuerdo y lo unico que necesito para reconocer quien eres. En mi mente eres sensaciones, eres sentimientos, eres fuerza, eres todo. En mi mente eres tu.

Despiertas? Te mueves con suavidad y tus cabellos siguen el camino que dejo tu rostro. Tampoco reconoces este lugar, pero al verme tu rostro cambia. Esa mirada que solo yo conozco me abriga y tu sonrisa aparece. Aquella sonrisa que me llena de alegria, aun en momentos duros y dificiles, siempre sonries. Sonries por mi o sonries porque eres feliz? Aquella sonrisa que me deja ver tu paz. Una paz tranquila como la que siempre soñamos y creimos que nunca tendriamos, pero es la que ahora vivimos al lado del otro.

Muchas veces te quise en mi mente para que sepas lo que pienso de ti y como es que estas presente en mi. Espero algun dia leas esto. Espero que cuando lo leas no solo veas un papel y tinta. Tinta que dibuja letras, letras que forman palabras, palabras que forman oraciones, oraciones que forman parrafos y parrafos que forman toda esta historia. Espero que veas mas alla. Espero que entiendas que este papel es la vida, esta tinta es mi sangre. Que esas letras son sentimientos, que esas palabras son los latidos de mi corazón, que esos parrafos son todo mi corazón y que toda esta historia no es otra más que la historia de de lo que nos pasó.