lunes, 14 de abril de 2008

El Cuatro 18

Después de haber pasado tantos días aquí, el ambiente era tan familiar y la rutina era la misma de todos los días.

Un lunes tan común como cualquier otro. Viajando en el peor invento del hombre a una velocidad en la cual las rayitas del suelo parecen puntos pasando rápidamente. Golpes, olores y maltratos combinados en el ambiente perfecto. Por suerte es ya hora de salir de aquí pues he llegado a mi destino.

Este gran edificio azul de puerta roja es mi destino. Al cual cada mañana vengo y algunas otras no. Casi 15 minutos después de las ocho, maldición, estoy tarde. Luego de un corto chequeo en la puerta empiezo mi corta carrera hacia el salón y a lo lejos puedo ver como el chato pasa corriendo del baño a nuestro salón. Justo como lo pensé, llegué tarde. Cuando aprenderé a llegar a la hora? A veces me cuesta tanto levantarme temprano y a veces me cuesta tanto trabajo el simple hecho de levantarme.

En estos días mi horario ya era un desastre así que ya estaba listo para esperar largas horas sentando en alguna banca leyendo un libro. Al parecer esta mañana me acompañaría Drácula. Sin embargo, fue poco lo que pude leer, a cada momento me sumergía más en mis pensamientos.

Desde aquella banca, cerca a las escaleras, podía ver gente correr para llegar a sus salones; pero ya habían llegado mucho mas tarde que yo. Amigos conversando al lado opuesto del que estaba yo. Y por último yo, aquí, sentado y olvidado. De alguna manera siempre he sentido que no encajo en este lugar y quizás sea por eso que me excluyo de todos y sigo mi vida aquí, a un lado de todos.

Bah! que mal día, mejor debería regresar sobre mis pasos y volver a casa o mejor seguir leyendo. No lo se.

Y ya cuando lo había decididó algo que no tenía planeado sucedió. Una chica, tan normal como cualquier otra en esa tierra de súper modelos y ricachones, se acercó a mi e hizo una pregunta que marcaría el inicio de muchas cosas.

-Hola, sabes donde esta el pabellón D?
-Hola, sí. Sigue de frente volteas a la derecha y caminas un toque. A la izquierda esta el pabellón D
-Gracias

Y con una sonrisa se volteó y siguió su camino. Por alguna extraña razón no me moví. Volví a sacar mi libro y esperar un momento más. Sin querer, la estuve esperando como si supiera que regresaría. Y así fue

-No encontraste el pabellón?
-No no, nada de eso. Lo encontré, pero creo que estoy media hora tarde
-Jajaja, lo suponía- cerré mi libro y ella se sentó a mi lado mirando el cielo. Por un momento me sentí incomodo. Que una persona se siente a mi lado sin siquiera preguntar me hizo sentir así.
-Bram Stoker eh?
-Ah? Oh si, Bram Stoker
-Sarah
-David- y me quede en silencio. Me pareció tan tonta la manera de presentarnos, pero aun así me gustó -y? Que estudias?
-Periodismo y tu?
-Ingeniería Electrónica
-Que chévere, yo siempre quise eso, pero nunca he sido buena para los números. Es difícil?

La miré a los ojos un momento y luego miré el cielo. Sus ojos eran similares al color de ese cielo claro que extrañamente se imponía en un día de invierno. Por un momento pensé en reírme de esta extraña situación, pero preferí responder.

-En realidad no lo sé, pero a mi se me hace muy difícil
-No te entiendo
-No muchas personas pueden- y lo dije con aquel tono clásico que pareciera que estoy mordiendo un lápiz y no se entiende la más mínima palabra
-No te escuché –he hizo una pequeña pausa como esperando que repita lo que dije, lastima que nunca lo hice –pero a lo que me refiero es a que no te entiendo. Estudias una carrera de números y me dices que te parece difícil? Te veo aquí sentado leyendo y no estando en clase. La gente que conozco moriría al faltar a una clase y en realidad dudo que alguna vez tomaran un libro que no sea de matemáticas
-Tenía clase de otra cosa
-Ah bueno, pero aun así lees bastante no?
-Te parece?
-Bueno, cualquier persona que no leyera y quisiera hacer creer que lee, leería Harry Potter o estaría leyendo El Señor De Los Anillos, ahora que esta de moda. Según yo, quienes realmente leen, leen otras cosas y Bram Stoker es algo clásico, pero no tan leído

Nuevamente la miré a los ojos y miré el cielo. Vi algunas nubes pasar y pensé de nuevo. Quien esta chica que viene unos minutos y me hace ver cuan errado estoy? Como puede descifrar cosas en mi que yo ni les había prestado atención? Era sorprendente.

-En realidad leer es algo que me gusta mucho. No lo sé, nunca lo hice en colegio y ahora me viene a gustar. Raro no?
-Quizás
-Últimamente he estado leyendo más que antes. Dumas, Tolstoy y otros más. Aunque no puedo negar que también leí a Tolkien y a Rowling
-Jajaja, yo también- y al unísono dijimos -cultura general

Nos reímos un rato y ahora fue ella quien miró mis ojos y luego miró el cielo. Quería preguntarle que pensaba, pues si yo pensaba en lo que ella decía, ella debía pensar en lo que yo había dicho. No me atreví a preguntar, si ella no lo hizo yo respetaría la privacidad de sus pensamientos.

-Conoces la individualidad única?- preguntó Sarah
-La indivi-dual-di-da que?
-No, in-di-vi-dua-lidad única
-Ok, no me hagas repetir eso. Qué es?
-Es algo que inventé yo, creo
-Y qué es?
-Mira, a la gente siempre le gusta ser original, pero en realidad es casi imposible ser original pues no hay muchas cosas nuevas. A veces la gente cambia sus ropas para ser original, pero eso ya lo hizo alguien y lo original se pierde. La individualidad única es aquella cosita que solo uno puede hacer. Cual es tu individualidad única?
-Pues no lo se. Nunca había pensado en eso
-Esta es la mía
-Haber creado la individualidad única?
-Algo así, yo diría crear teorías locas que nadie se imagina
-Te la puedo robar?
-Jajaja, quieres acabar con mi individualidad única?
-No no, creo que desde hoy la voy a buscar
-Es divertido y a veces no te das cuenta que ya la has encontrado
-Lo haré
-Ya empieza mi siguiente clase. Espero verte de nuevo
-Yo también. Cuídate

Y fue así como vi a esa chica alejarse y nunca más la volví a ver. Es raro a veces como una persona puede venir y entablar una conversación durante una hora. Mucho más raro es que esa conversación a la cual quizás no le presté mucha importancia en el inicio fue la que cambió muchas cosas en mi vida. Una vez alguien me dijo "a veces somos como pichones que no sabemos volar y viene una paloma y nos enseña como hacerlo, pero luego esa paloma vuela". Entonces, hay momentos en nuestras vidas en que nos llegan personas que tocan nuestras vidas y sin saberlo las cambian y luego simplemente se van para quizás nunca más regresar.

Esperé a mi siguiente clase y no entré, solo conversé con algunos amigos. Al final decidí regresar a casa y pensar un momento en mi individualidad única. Sin embargo, no fue hasta esa misma noche en la cual descubrí cual era: el hijo difícil de entender, un pequeño loco soñador, que no sería como algún otro. Esa noche cenamos en una pollería y cuando todos guardaron silencio, sin importarme lo que estuvieran hablando, los interrumpí.

-Papá, me quiero cambiar de carrera.