viernes, 20 de abril de 2007

Encantado

Siempre me ha parecido algo interesante el verano, y no soy gran fanático del sol ni esas cosas. He sido acusado de serrano, bruto y masoquista por vestir de negro con el sol abrazador. No puedo hacer nada en contra de eso, me gusta vestir de negro; odio usar bermudas y sandalias, de la playa creo que mejor ni hablar. Es difícil que este en alguna y no necesariamente porque no quiera. Siempre estoy dispuesto a pasar un día en la playa con mis amigos, el problema viene cuando tratan de ponerse de acuerdo y quedar en una fecha. Este verano no recuerdo haber ido a la playa; solo una vez, a las seis de la tarde con una amiga a tirar piedras al mar mientras el sol se ocultaba tranquilamente en el horizonte.

Sin embargo, lo que me parece tan fascinante del verano es ese poder q tienen los rayitos de sol. Como van tocando personas y quitándoles el hechizo que las convirtió en piedra. Se empieza a ver tanta belleza por las calles que nunca se vio y uno se pregunta donde estuvieron esas personas durante todo este tiempo. Es así como sucede, los rayos de sol hacen que estas personas vuelvan a la vida. Es por esto que vemos en la calle a una chica luciendo sus zapatos de taco alto que compro hace meses, pero espero el cambio de temporada para usarlos. Las chicas hacen lo que sea para que su cabello brille un poco mas, unas pequeñas faldas y un buen polo que resalte lo que tienen y, claro, mostrando las carnes (exactamente desde abajo del busto hasta llegar a la pelvis). También salen los surferitos de ojos azules y pectorales trabajados con sus peinados extraños, algunos vistiendo la mejor camisa que tienen o simplemente el polo que mas se les pueda pegar. Eso si, todos con la sonrisa mas grande del universo.



Entonces, un muchacho vestido absolutamente de negro pasa desapercibido en un mundo de tantos colores y sonrisas. Es así como nos vamos convirtiendo en piedra todo el verano y esperamos nuestro momento para poder regresar a la calle sin q nos miren raro por se supone que estamos muriendo de calor. Aun así me sigue pareciendo super interesante el verano, creo que hasta los sonidos se hacen mas fuertes. Las voces de las personas no se opacan con el bullicio de las bocinas y gritos de nuestros amados cobradores de combi.

Se pone mejor cuando llegan los últimos rayos de sol del verano. Ese sol que empieza a decir adiós a todo el mundo y las bellas personas empiezan a convertirse en piedra. Pero esos últimos rayitos tienen un gran poder aun. Cerca de las seis de la tarde hay una falla en el clima, porque hay un sol inmenso hundiéndose en el horizonte y un viento criminal que ya no refresca, hiela. Pero allí la tienes, la chica y sus carnes, sus zapatos, su falda, su cabello y la sonrisa. Camina rápido porque sabe que si no llega a su destino en los próximos ocho minutos morirá de hipotermia, pero disfruta el riesgo. Es simplemente hermosa. Es la clase de gente que extrañare en el invierno. Es la clase de gente con la que quisieras enamorarte o simplemente vivir un amor de verano.

Estamos a finales de abril y esos últimos rayos pelean cada día para no ser el ultimo. Los bellos se convierten en piedra, se esconden bajo montones de tela. La chica hermosa ya no muestra sus carnes; por el contrario, las esconde bajo una chompita y sus piernecitas se envuelven en un jean o un buzo. Llegara al extremo de cubrir su pobre cuello y su cabeza con algún gorro de lana y su belleza quedara oculta hasta el próximo verano. Nuestro lindo surferito no puede negar su amor al mar, por eso ahora empieza a ponerse un wetsuit que va desde los tobillos hasta el cuello. Toma su tabla y corre al mar donde sus ojos azules no se confunden con el mar, porque simplemente nuestro mar es marrón. Allí se va el verano llevándose a las personas hermosas.

Ahora empieza el otoño y muy seguido el invierno. El cielo de mi odiada Lima se vuelve de un color plateado y empieza a afectar a todos; muchos dejaron los colores y las sonrisas por prendas mas formales. Como cosa de magia siento que rompo una piedra y el mundo es mio otra vez. El mundo nos pertenece otra vez, el verano ya se fue. Locos, melancólicos, nostálgicos, solitarios y otros tantos no hemos cambiado nada nuestro aspecto; pero nuestra vestimenta negra ahora resalta mucho mas. Ya podemos escuchar la viejecita, q pasea a su perro, como nos dice en casi un susurro "demonio" o como nuestra amiga hueca nos dice "que chevere tu estilo dark".

No es un estilo, no es moda, no es un acto de rebeldía. No tengo q hablar con todos los q nos dejamos dominar por el color negro para decir que es nuestra forma de expresarnos. Es nuestra forma de decir, a quien pueda entender, "soy sensible y lo llevo por fuera".

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mmmm asi q te gusta el verano solo pq las chicas llevan menos ropa xD

A mi me gusta pero pq soy una friolera, aunke prefiero el sol a un dia nublado, eso va segun sea cada uno, no? :P Se supone q si es cierto q la gente es mas alegre cuando hay sol, sera por eso q me gusta tanto el sur xD Pero weno... una persona puede ser feliz sin gustarle especialmente el verano, el calor o todo lo q lo relacione. Y segun como sea cada uno se siente mas agusto en una epoca del año, cada una tiende mas hacia una cosa. A mi el otoño x ejemplo me parece romantico, sera x eso q te sientes en tu mundo cuando llega :P

Muy bonita la entrada, aki tienes el comentario, muuuuuuuuaks. Besotes

Zade dijo...

Simplemente cuñao'... jua! En el invierno la gente se hiela, todo es gris, tu alma, el cielo, hasta las palomas, el veranito, otra cosa, nos damos cuenta que es posible que exista sol bajo toda esa nubosidad y lo grisaceo d elos edificios del smog y el clima, del frio gelido aunque estes abrigado; me gusta el invierno, pero me encanta del verano la buena disposicion de la gente, el muestrario para carnivoros de las feminas, es tab chevere que hasta te importa un pepino el trauma diario de viajar en combi... amen!

M. J. Verdú dijo...

Zeridian:

A partir de ahora Mi Isla en el sol es mi isla y es donde voy a seguir visitándote.
Es un placer estar leyéndote.
Saludos

María Jesús

M. J. Verdú dijo...

Zeridian:

A partir de ahora mi isla es Mi isla del sol, el lugar donde voy a seguir visitándote. Es un verdadero placer leerte.
Saludos

María Jesús